Corta la cebolla y la carne: Pela y corta la cebolla en trozos medianos. Pela y pica o lamina el diente de ajo. Trocea los dos tipos de carne, desechando la grasa que pueda haber.
Paso 2:
Sofríe ajo y cebolla: Echa aceite en una cazuela y cuando esté caliente añade la cebolla y el ajo. Sofríe unos 10 minutos hasta que la cebolla esté pochada.
Paso 3:
Echa la carne: Añade la carne, nuez moscada al gusto, sal y pimienta. Cocina 8-10 minutos hasta que la carne pierda su color rosado y esté echa por dentro. (Si optas por usar hígados de pollo en lugar del paté cocínalos con la carne).
Paso 4:
Tritura con el paté: Apaga el fuego, añade el paté y mezcla hasta que se deshaga (si has usado hígados no añadas el paté). Tritúralo todo con una batidora o robot de cocina. Reserva.
Paso 5:
Cocina las placas: Cocina las placas de los canelones siguiendo las indicaciones del fabricante. Cuando estén listos sumérgelos rápidamente en agua fría para parar la cocción y que no se rompan al enrollarlos. Seca las placas envolviéndolas en un paño limpio.
Paso 6:
Pon una capa de bechamel: Cubre una fuente de horno con una capa fina de bechamel
Paso 7:
Rellena y enrolla: Pon una porción de carne (2 cucharadas aproximadamente) en cada placa de pasta. Enrolla con cuidado hacia el interior formando un canelón. Déjalo en la fuente sobre la bechamel y repite el proceso hasta acabar las placas de pasta.
Paso 8:
Cubre con bechamel: Cubre los canelones con otra capa de bechamel. Corta la mantequilla en tacos pequeños y repártela sobre la bechamel.
Paso 9:
Esporvorea queso y hornea: Para acabar espolvorea el queso rallado por encima. Gratina en el horno hasta que estén dorados y sirve caliente.
